El padre que convirtió su iglesia en un refugio para perros sin hogar

Una imagen conmovedora ha dado la vuelta al mundo desde Brasil: el padre João Paulo Araújo Gomes, al final de una misa en Caruaru, estado de Pernambuco, presenta a sus fieles a un nuevo “invitado” muy especial: un perro sin hogar, buscando una familia.

Desde hace más de una década, el padre João Paulo ha incorporado la protección animal como parte de su vocación religiosa. Su historia comenzó por casualidad, cuando unas señoras le ofrecieron galletas a la salida de una parroquia en Gravatá. Al preguntar el destino del dinero, se enteró de que era para sostener un pequeño refugio de animales abandonados.

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Conmovido por la causa, no dudó en ofrecer su apoyo desde el púlpito. En pocas semanas, ayudó a aumentar las donaciones y se involucró directamente. “El refugio no tenía infraestructura, pero sí mucho amor. Había 97 animales. En menos de seis meses, todos habían sido adoptados”, cuenta. Él mismo adoptó a tres.

Desde entonces, los domingos en su iglesia tienen una sorpresa adicional: perros rescatados son presentados al final de la misa, muchos de los cuales encuentran hogar ese mismo día. La fe, en su visión, no se predica solo con palabras, sino con acciones. “Cuidar a los animales también es cuidar de la creación”, dice.